Entrevista a Elena Fabeiro, gerente de Fundación Artesanía de Galicia
Artesanía, palabra femenina que incluye muchos trabajos de los que antaño denominados “de hombres”, ¿has palpado, desde la Fundación, ese carácter masculino que se presuponía en los oficios?
No, para nada. No veo esa diferenciación de género en el sector de la artesanía hoy en día. Antiguamente sí que había oficios de hombres y de mujeres, es más, incluso había fases en cada oficio que sólo realizaban los hombres o las mujeres, como en el caso de la alfarería tradicional. Pero es algo que afortunadamente hoy en día se ha superado. Artesanía de Galicia es un sector muy heterogéneo, en el que contamos con mujeres y hombres en todo tipo de oficios: tenemos redeiros, zoqueiras, alfareras, etc.
Cuchillos de acero, prendas de lino, zuecos de madera, cestas de mimbre o joyas de vidrio, ¿cómo se ha ido construyendo una marca que acoge tantos materiales, formas y productos sin que lo colectivo le reste presencia a lo individual?
La riqueza de nuestro sector se basa precisamente en esa heterogeneidad no sólo de oficios sino también de estilos diferentes dentro de un mismo oficio. En Galicia tenemos la suerte de que todavía se mantienen muchos oficios y técnicas tradicionales (en alfarería, textil, forja, cestería, madera, elaboración de redes, zocos, instrumentos musicales, joyería…) que convive con artesanos enfocados en el diseño contemporáneo, que actualizan esa cultura y esa tradición o que hacen cosas totalmente diferentes que las complementan.
Creemos que precisamente la combinación de estilos y de oficios es lo que funciona en el sector y lo que marca su señal de identidad. La marca Artesanía de Galicia, propiedad de la Xunta de Galicia, supone una garantía para el consumidor de la procedencia y la elaboración de las piezas y además funciona como una plataforma de promoción y visibilización del trabajo de muchos profesionales de la artesanía que de forma individual les sería mucho más difícil realizar. Actuamos como un colectivo cuando participamos en ferias profesionales como la London Design Fair o la Formex, de Estocolmo, pero también nos preocupamos de que los clientes sepan quienes están detrás de cada una de las piezas, porque cada uno de ellos tiene una historia que contar y eso es fundamental.
Hemos ido sabiendo que Artesanía de Galicia está presente en Australia o en Japón y que conocidas firmas reclaman su colaboración, pero ¿nosotros hemos dejado de comprar nuestra propia artesanía?
Por supuesto que no. Es más, la artesanía está cada vez más presente en todas partes y lo local se está valorando mucho más que lo que se produce fuera. La artesanía es tendencia en decoración, en moda y, últimamente también en gastronomía. Una parte importante de nuestros proyectos se basa en incorporar Artesanía de Galicia a estos ámbitos. Hablaba antes de las ferias, que son ferias de decoración de gran prestigio, pero también tenemos que destacar el proyecto Artesanía no Prato, que está propiciando que los cocineros estén apostando por incorporar Artesanía de Galicia en su trabajo. Hay un espacio para la artesanía en cada momento de nuestras vidas, como piezas utilitarias o decorativas, en cada rincón de la casa, como complemento para ocasiones especiales y para el día a día. La artesanía constituye una excelente opción para la decoración de interiores, como una forma de destacar el propio ambiente, no sólo en cuanto a la estética sino otorgándole personalidad, un toque de exclusividad y autenticidad. Lo mismo ocurre cuando empleamos la artesanía para complementar nuestra imagen personal, cada pieza cuenta una historia.
Tradición frente a innovación, manual contra digital o rudimentario frente a tecnológico, son muchas las dicotomías que ha ido generando la evolución. ¿Cómo afrontáis desde la Fundación esa riqueza que caracteriza la artesanía y cuya convivencia os encargáis de canalizar?
Desde la Fundación Artesanía de Galicia impulsamos la incorporación de la innovación en todos los procesos de producción, tanto desde el diseño, las herramientas elaboración y la promoción digital o la comercialización, siempre que se respeten los límites del trabajo artesanal. Cada año la Xunta saca varias líneas de ayuda para las empresas artesanas centradas precisamente en la mejora de la comercialización y la competitividad del sector artesanal gallego, la digitalización y modernización de las empresas así como el impulso a proyectos de expansión y nuevas fórmulas de comercialización.
En último lugar, conocedora de la realidad de las mujeres artesanas y de su situación en temas de concilaición ¿cómo describirías su realidad y cuáles consideras que son los logros que aún les quedan por alcanzar?
Gracias al trabajo que realizamos desde la Fundación Artesanía de Galicia y al contacto cercano y cotidiano que tenemos con ellas puedo afirmar que la realidad de las mujeres artesanas no es diferente de la de cualquier otra mujer autónoma que tenga que conciliar. Lo mismo en cuestión de mejoras laborales o fiscales. Su situación no se agrava por el hecho de ser artesanas, por lo que como colectivo no tienen retos o logros diferentes al que puedan tener mujeres de otros sectores de actividad.
“El apoyo institucional es muy necesario para que no muera la artesanía”
Afincada en el Castillo de Vimianzo de manera permanente y con tu propio taller en la localidad xalleira de Santa Comba, ¿cómo recuerdas tus inicios y el camino recorrido hasta consolidarte en la artesanía de autora?
Con mucha ilusión, cuando comencé en el mundo del vidrio fue algo que me atrapó y descubrí un material con infinidad de posibilidades, colores, sus brillos, su maleabilidad… y con ello realizar piezas únicas.
De los mercados locales a los procesos de internacionalización, ¿qué estrategias sigues para llegar a tu clientela y cuáles son las piezas que tienen mejor acogida?
Principalmente con el turismo que visita el Castillo de Vimianzo, tanto nacionales como extranjeros, y mucha gente, a raíz de pasar por dicho castillo, son seguidores en las redes sociales y de la web y siguen encargándome piezas.
Las piezas que más se venden en general son los pendientes, colgantes y sortijas. Mucho tema infantil como las mariquitas, tortugas, búhos, gatos, etc., pero lo que más llaman la atención son los huevos fritos, este año han sido un éxito.
Experimentas con madera en joyería, viajas a la cuna del cristal de Murano para aprender, estás presente en ferias de artesanía y trabajas soplete en mano a diario en el Castillo, ¿cómo es la conciliación para una artesana en Galicia?
Pues lo llevo bastante bien, gracias a que cuento con el apoyo de mi pareja, y a que el trabajo es intenso durante la temporada del verano y el resto del año es más llevadero, y voy a mi ritmo.
En pocas palabras los avances, ¿qué herramientas son necesarias para que las artesanas podáis seguir creciendo y expandiendo vuestra actividad?
El apoyo institucional es muy necesario para que no muera la artesanía, ya que es muy complicado vivir de los oficios artesanales.