Entrevista a Carmela Silva, presidenta de la Diputación de Pontevedra
Mujer y política, pese al camino recorrido en la actualidad nos muestra que aún queda mucho por hacer, ¿cómo valoras la presencia y relevancia actual que las mujeres habéis ido conquistando en el escenario político español? Y, ¿cuál crees que debería ser la evolución del papel femenino en política?
Hoy más que nunca necesitamos que la sociedad se comprometa con los valores, principios y derechos de la igualdad ya que no hay nada más importante y justo. Y para ello es fundamental acabar con la desigualdad en el ámbito político. Las mujeres somos el 52 por ciento de la población y, por lo tanto, lo que estamos defendiendo es que tengamos los derechos que nos corresponden, nada más y nada menos. Todavía no somos el 50% en el Parlamento del Estado, ni en el Congreso ni en el Senado. En el Gobierno de Pedro Sánchez hay más mujeres que hombres, un 60 por ciento más (11 mujeres y 6 hombres) pero en el Gobierno gallego tan sólo hay un 36% de mujeres (4 de un total de 11). En el Parlamento de Galicia tuvimos que esperar hasta 2005 para contar con la primera mujer presidenta y en la actualidad aún no se ha logrado el 50 por ciento (las mujeres representan el 45,3). Las alcaldesas en Galicia tan sólo representan el 11,7 por ciento (37 de 314 municipios) y las concejalas no llegan al 37 por ciento. Estos datos hablan por sí mismos y demuestran que en la política existe todavía una gran infrarrepresentación de mujeres. Y hablamos del ámbito de la acción pública en el que estamos más representadas. Queda mucho camino por recorrer y creo que cuando una mujer llega a cualquier lugar en el que tiene capacidad para decidir, con ella tienen que llegar todas las mujeres. En este sentido hay que reclamar, tanto al Gobierno del Estado como a la Xunta de Galicia que pongan en marcha proyectos que impiden romper con la desigualdad: abrir el debate sobre los horarios, lucha contra la brecha salarial…Y la batalla es diaria, para mí y para todas las mujeres, que somos las agentes del cambio en el proceso de empoderamiento. Soy de naturaleza optimista, he aguantado durante años insultos y ataques machistas por el hecho de ser mujer, por el hecho de que, como muchas, un día tomé la decisión de dar el paso al trabajo político. Porque también los insultos y las descalificaciones son de género y todavía existe una misoginia clara sin distinciones ideológicas. No sólo a mí, le ha pasado a Irene Montero, le ha pasado a Inés Arrimadas y a Carmen Calvo…
Si echas la vista atrás ¿qué crees que te motivó a encaminar tu trayectoria al ejercicio de la gestión pública y al ámbito político?
La política es para mí una pasión que me ha acompañado toda mi vida, desde mi adolescencia. Comencé muy joven a militar en política, desde mi entorno, en el barrio de O Calvario en Vigo, que se distinguía por su lucha antifranquista. Descubrí muy pronto las injusticias. Nací en 1960 y el mundo era muy desigual. Se generó en mí ese deseo de cambiar y sigo creyendo que la política, pese a que es cuestionada continuamente, es un instrumento para cambiar el mundo, para luchar contra la desigualdad, para transformar la sociedad. Hasta llegar a la presidencia de la Diputación de Pontevedra he trabajado tanto en política nacional como autonómica y local. Y en esta última me siento muy a gusto: por el contacto directo con la ciudadanía y porque puedo ver como la acción política logra transformar el entorno, el espacio público, de una forma casi inmediata. “Considero que la política no es una profesión, es un servicio público al que te dedicas 24 horas de los 365 días del año.” Sigo volcada e ilusionada en el reto de cambiar la Diputación con el fin de que la ciudadanía se sienta orgullosa de esta institución, que la considere una herramienta útil, y no un mero instrumento de reparto de dinero.
Presides una institución pública cuyas sinergias favorecen el desarrollo empresarial y el crecimiento económico de los municipios desde una perspectiva de bienestar social de la ciudadanía ¿cuáles dirías que son las principales necesidades a las que venís dando respuesta y qué acogida están teniendo?
Desde que llegamos al Gobierno provincial, los municipios de la provincia son nuestra prioridad. Puedo decir que todo lo que avanzaron los ayuntamientos en estos tres años y medio se debió a las inversiones de la Diputación. No hay gestión local en la provincia que no pase por esta institución. En este tiempo destinamos cerca de 300 millones de euros. Casi la mitad del presupuesto total de la institución se ha dedicado a la cooperación directa y estrecha con los ayuntamientos. Así, a través del Plan Concellos invertimos 153,2 millones de euros: más de 109 millones para inversiones, más de 16 millones para amortización y gasto corriente; casi 28 millones para la contratación de personas desempleadas y hasta 3.200 empleos creados. También hemos puesto en marcha el Plan plurianual de Reequilibrio, dotado de 15 millones de euros que se inició en 2017 y que permite a 25 municipios poner en marcha equipamientos y dotaciones singulares. Además, contamos con el Plan Depo-Remse (Plan de remodelación y mejora de la seguridad de los viales municipales). Tiene un presupuesto de 11 millones de euros para actuaciones y calles y vías urbanas o actuaciones integrales de mejora de la movilidad y seguridad viaria.
El futuro viene de la mano de verbos como innovar, dinamizar, emprender o empoderar, en ese sentido, ¿qué capacidad transformadora crees que tienen las instituciones públicas para responder a las demandas del tejido empresarial y de la sociedad?
Creo que estos cuatro verbos definen muy bien cuál debe ser el papel de las instituciones públicas, que deben atender las necesidades reales de la ciudadanía, ser sensibles a sus demandas, y fomentar su participación. ”Tengo la convicción que desde la política se transforma el espacio y el tiempo en el que vivimos.” Queríamos una administración del siglo XXI: transparente, limpia, justa, avanzada, que contase con la inteligencia, creatividad, con el talento y con el conocimiento. Y lo estamos consiguiendo. No gobernamos de espaldas a la gente sino a su lado. Muchos de nuestros proyectos se debaten, se diseñan contando con la universidad, con el mundo de la cultura, con los sectores productivos, con los colectivos sociales y con los municipios. Nuestro reto es convertir a la provincia de Pontevedra en un lugar de excelencia, tanto en innovación, como en la apuesta por lo tecnológico, sin olvidarnos de la recuperación del patrimonio.
Termina ya este 2018, bautizado como el año de la mujer, que ha supuesto un punto de inflexión para el colectivo femenino, pero un punto y seguido. Desde esa perspectiva, ¿cuáles son las políticas o acciones que habéis promovido en la provincia de Pontevedra y qué impacto consideráis que han logrado?
La igualdad es una apuesta prioritaria y tras tres años y medio somos referencia en Galicia y en el Estado. Con nuestra llegada se creó el servicio de Igualdad para dar respuesta a más de la mitad de la población que somos las mujeres. En estos años hemos puesto en marcha decenas de programas para visibilizar a las mujeres en todos los ámbitos: cultura, empresa, universidad, tecnología, ámbito rural y marino, ciencia, etc. Hemos impulsado el I Plan de Igualdad de la Diputación de Pontevedra y tenemos un protocolo de acoso sexual y/o por razón de sexo. Luchamos contra las violencias machistas con programas como “Mulleres en acción. Violencia Zero” (en 60 municipios y más 3.500 participantes) o las campañas contra el acoso sexual. Además, participamos y coorganizamos, con enorme éxito, el programa de “Mulleres columnistas. As mulleres que opinan son perigosas”. Además, promovemos campañas a favor del juego no sexista y no violento en Navidad y a través de la muestra Sorrisos Transformadores tratamos de naturalizar la realidad de las personas trans. Todo ello sin dejar de programar acciones formativas a través de la Escola de Igualdade María Vinyals, única en Galicia y una de las pocas de toda España. Tengo claro que el siglo XXI va a ser el siglo de las mujeres. Es imparable. Desde la Diputación de Pontevedra realizamos nuestra contribución a concienciar a la sociedad en general que es necesario empoderar, poner en valor y fomentar el talento femenino desde la infancia.