Yo soy mujer, mujer del rural, vivo en el rural. Mi madre es mujer, mujer del rural, vive del rural.
La economía familiar, al igual que en tantas otras casas y culturas, se sostenía en gran medida con las plantaciones que realizaban las mujeres en sus huertas y a esas ventas que realizaban de sus productos en las plazas de abastos de las localidades.
¡Qué gran valor le damos a las “cosas de casa”, “tradicionales”, “hechas a mano”!, ¿no les aporta eso más valor? Pero ahora tenemos que adaptarnos a la vida moderna y a sus normas para la producción industrial.
Ahora bien, eses productos, tradicionales, de casa, etc., ¿cumplen los niveles de seguridad alimentaria establecidos por legislación?
En principio, no, ya que la mayoría de las personas que elaboran estés productos ni tan siquiera posee la formación de manipulador de alimentos.
En la actualidad, todas las personas que manipulan alimentos para su posterior venta deben poseer unos conocimientos básicos sobre higiene alimentaria. La manipulación incide de forma directa en la salud de las personas que consumen dichos alimentos. Esta demostrado que la transmisión de enfermedades a través de los alimentos a las personas que los consumimos se debe a que, en la mayoría de los casos, es quien manipula quien interviene como vehículo de transmisión, por actuaciones incorrectas, en la contaminación de los alimentos.
Tras la derogación del Real Decreto 202/2000, de 11 de febrero, por el que se establecen las normas relativas a los manipuladores de alimentos, los requisitos de formación en higiene se establecen en el Reglamento 852/2004, del Parlamento Europeo y del Consejo, de 29 de abril de 2004, relativo a la higiene de los productos alimenticios. Las novedades más importantes establecidas son que:
Tenemos que tener en cuenta que cada vez, son más las mujeres que se especializan en el sector de la alimentación. Así tenemos: agricultoras, ganaderas, vitivinicultoras, etc., todas ellas con una formación en higiene alimentaria que nos permite consumir unos productos seguros y sin ningún tipo de riesgos a nivel alimentario.
Todas estas mujeres, en su gran mayoría, realizan de forma diaria diferentes tipos de manipulaciones desde conservas, mermeladas, quesos, vino, etc. A través de la formación en higiene alimentaria y el sistema APPCC podemos consumir estés productos de forma segura.
Técnica de seguridad alimentaria