Entrevista a Susana Soneira, presidenta del Colegio de Graduados Sociales de A Coruña y Ourense
En primer lugar, ¿cuáles son los objetivos principales que tiene el Colegio de Graduados Sociales de A Coruña y Ourense y cómo han ido evoluciando a lo largo del tiempo con los cambios sociales y empresariales?
Nuestros objetivos han estado siempre claros y, en su esencia, no han sufrido grandes variaciones a lo largo de los años. Más bien, nuestro trabajo es un proceso de adaptación continuo a las necesidades y demandas de cada persona. Nuestra prioridad es la defensa de los intereses de los consumidores. Gracias a los colegios profesionales se controla el ejercicio de la profesión de sus colegiados, se garantiza una responsabilidad y un respaldo en caso de que ocurra algún problema y, en definitiva, nos preocupamos por conseguir que el ejercicio de la profesión se haga de la manera más adecuada a la ley.
Más en concreto, si tuviese que resumir cuál es la labor y la actividad de un graduado social, así como su aporte a la actividad económica y social, ¿cuáles serían las cuestiones a destacar?
El Graduado Social es una profesión joven que lleva aproximadamente 60 años en el mundo laboral español. Para ser una profesión de tan poca vida ha conseguido hacerse un hueco en la sociedad que es reconocido por todos los agentes económicos y sociales, hasta el punto de que se ha convertido en el auténtico laboralista en cuanto a la defensa de los intereses de las empresas y de los trabajadores.
Las funciones propias de la profesión se centran en el estudio, asesoramiento, representación y gestión de los diferentes asuntos sociales y fiscales para dar servicio a todo tipo de instituciones públicas, entidades, empresas y particulares. Además, también actuamos como representantes en procedimientos laborales y de la Seguridad Social y de asistencia técnica en temas relacionados con la Jurisdicción de lo Social.
Echando la vista atrás nos encontramos con cuestiones de infraestructura o funcionamiento como el cambio de sede del Colegio en A Coruña, así con nuevos hitos o servicios como la consolidación como entidad colaboración en el Máster Práctico en Jurisdicción Social o el Servicio de Orientación Jurídico Laboral Gratuito, ¿qué valoración hace de los últimos años de actividad del Colegio y de los avances que han ido asumiendo?
El balance de estos últimos años es muy positivo. Hemos trabajado mucho pero al final, poco a poco, hemos conseguido consolidar y alcanzar todos los retos que nos habíamos propuesto. Sin duda, la nueva localización de nuestra sede, situada en una ubicación estratégica dentro del área judicial de A Coruña, ha sido un factor clave que ha contribuido a dar mayor visibilidad al colectivo y a ofrecer más facilidades, tanto a los colegiados como al resto de usuarios. Además, desde la nueva sede, se sigue facilitando el Servicio de Orientación Jurídica Gratuita a todos aquellos que lo necesiten, que está funcionando de manera muy satisfactoria.
Gracias a su modernización y a la ampliación del espacio se ha incrementado la actividad formativa y divulgativa que ofrecemos desde el Colegio. Por su parte, el Máster Práctico en Jurisdicción Social es una formación totalmente innovadora, dirigida a los futuros defensores de la jurisdicción social. La Escuela de Relaciones Laborales cubre así un nicho de mercado que no se estaba aprovechando y que nos permitirá asumir la defensa de nuestros clientes en la jurisdicción social.
Y en cuanto al fututo, ¿cuáles son los principales retos que pretenden asumir y hacia donde cree que caminan las prioridades a las que deben dar respuesta como profesionales?
Nuestros objetivos principales han sido siempre y seguirán siendo los mismos. La realidad económica y social requiere profesionales preparados para colaborar a modernizar la sociedad en la que vivimos y es ahí donde el papel de los graduados sociales se convierte en un elemento fundamental. Una de nuestras prioridades sigue siendo impulsar nuevas colegiaciones ya que somos el trampolín para acceder a la profesión y completar y especializar la formación de los recién graduados.
Y, por supuesto, potenciar la actividad proactiva del Colegio a través de la formación continua de los profesionales y aumentar su presencia tanto en el asesoramiento como en los procesos judiciales vinculados a asuntos sociolaborales o en las mesas de negociación de sindicatos, patronal y Administración. El Colegio, que cuenta ya con más de 900 colegiados, tiene mucho que aportar a la sociedad por su gran experiencia en asuntos laborales.