Entrevista a Mar Pereira, directora de la Axencia para a Modernización Tecnolóxica de Galicia -AMTEGA-
AMTEGA es un organismo dependiente de la Xunta de Galicia y baluarte de la modernización tecnológica de Galicia, pero ¿qué más necesitamos saber los gallegos y gallegas sobre la actividad y los beneficios que se viene generando en estos últimos tiempos?
La Xunta de Galicia cuenta con una Agencia que lidera una estrategia digital transversal en el Gobierno. Que exista un organismo así no ha sido fácil. En mi opinión, es una ventaja competitiva que nos posiciona cara a los objetivos que la Comisión Europea marcará para el nuevo período, en los que la apuesta por la digitalización se verá incrementada, tal como avanza ya el programa Europa digital.
La estrategia de la Amtega se definió en sus dos agendas digitales, que entre 2010 y 2020 habrán movilizado 3.000 millones de euros, entre capital público y privado, para avanzar en la transformación digital de Galicia, a través de distintos planes enfocados a mejorar la conectividad en el territorio, a consolidar la administración online y la digitalización de diferentes servicios públicos, a la inclusión digital y la generación de un ecosistema digital fuerte.
Dicen que es necesario saber de dónde venimos para entender a dónde vamos, por lo que para concebir la profundidad de la modernización que ha experimentado Galicia tendríamos que echar la vista atrás, ¿cómo era nuestro territorio casi una década antes?
En esta década Galicia ha acortado significativamente las diferencias con el Estado y con Europa en los principales indicadores de la sociedad de la información. En 2009 menos del 39% de los hogares gallegos contrataban servicios de internet de banda larga, hoy son más del 82% y hemos reducido a menos de la mitad la brecha con el Estado.
También ha habido un salto significativo en el uso de internet. En 2009 menos del 50% de los gallegos usaban internet habitualmente, hoy son más del 80% y en las franjas de 16 a 34 años superan la media del conjunto del Estado. Un incremento muy importante es el que se ha registrado entre los gallegos mayores de 55 años. En 2009 solo un 22% de los gallegos de entre 55 y 64 años usaban Internet, hoy superan el 64%. Hace una década menos del 5% de las personas mayores de 65 años accedía a la red hoy lo usan el 44% de los gallegos de esta edad.
También se redujo la brecha digital de género a mínimos históricos. La diferencia en el uso de internet entre los gallegos y las gallegas está en 0,6 puntos, muy por debajo de los 1,8 puntos del conjunto del Estado y de los 3 puntos de la media estatal.
En el ámbito empresarial se han registrado cambios importantes, solo en el último año el gasto en TIC en el tejido empresarial gallego se incrementó un 80%.
Y en la actualidad, ¿cuál diría que es el grado de avance y modernización en el que nos encontramos en el ámbito de la Administración electrónica, y cuáles son los principales retos a asumir desde AMTEGA en los próximos años?
En los últimos años se ha dado un fuerte impulso, tanto en el incremento de los servicios digitales para ciudadanos y empresas como a nivel de procesos internos para los profesionales públicos.
El avance se constata en el incremento del uso, tanto por parte de los ciudadanos como de los propios empleados públicos. En 2018 el 51% de los trámites con la Xunta fueron online, la plataforma de interoperabilidad evitó que los gallegos presentaran más de 6 millones de documentos que la Administración ya tiene en su poder; y las notificaciones electrónicas, que el usuario puede recibir en el móvil, se triplicaron en el último año.
Queremos avanzar hacia un nuevo modelo de relación de la ciudadanía con la administración pública, más ágil y proactivo. El proyecto de Ley de Administración Digital de Galicia, actualmente en trámite parlamentario, va a suponer un espaldarazo importante a este objetivo, y será el marco jurídico que nos permitirá consolidar un Administración digital basada en tres principios: el de una sola vez, evitando reclamar datos que ya obran en poder de la Administración, en el de proactividad, empleando la información que la Administración tiene del ciudadano para prestar servicios personalizados y adelantarnos a sus necesidades; y en la automatización de los procesos para conseguir una gestión más eficiente.
Partiendo de la base de que sean numerosos y diversos los principales proyectos e iniciativas que se estén desarrollando en la actualidad en materia de modernización tecnológica, ¿cuáles serían aquellos que destacaría por la repercusión que tengan para el fortalecimiento de nuestro tejido empresarial?
Si queremos una digitalización empresarial real es clave conseguir que las empresas integren la tecnología en las decisiones estratégicas y operativas de negocio y para eso hay que ponérselo fácil a las pymes y micropymes, que conforman mayoritariamente nuestro tejido empresarial. En este sentido, en los últimos años hemos reforzado las iniciativas en este ámbito con programas como que ofrece a las pymes una cartera de servicios digitales y otros de formación específica para que los directivos de pymes y autónomos puedan afrontar la transformación digital de su negocio.
Por otra parte, el impulso desde la administración de iniciativas tecnológicas e innovadoras para sectores clave de la economía gallega contribuye a incrementar su competitividad. En este momento tenemos en marcha planes para impulsar Galicia como destino turístico inteligente, para mejorar la accesibilidad y la conservación del patrimonio cultural gallego, para promover la modernización de los sectores primarios y el transporte de usuarios por carretera o para dinamizar el sector de los contenidos digitales en la Comunidad.
Ya para terminar, y teniendo en cuenta que las velocidades a las que avanzan las nuevas tecnologías y las incorporamos a nuestro día a día son tan diferentes, ¿cuál es la situación actual del rural gallego en materia de modernización tecnológica y cómo puede eso frenar la despoblación, reducir los problemas derivados de la dispersión o aminorar el impacto que la orografía gallega tiene sobre el uso y acceso de nuevas tecnologías?
La orografía y la dispersión son dos dificultades en la extensión de redes de telecomunicación en la Comunidad. Galicia concentra el 40% de núcleos de población de España y el 90% de estos núcleos tienen menos de 100 habitantes. Con este punto de partida con el primer Plan de Banda Larga, desde la Administración impulsamos en la extensión redes inalámbricas, que llegaron a 13.000 núcleos gallegos. Esta medida contribuyó a que hoy seamos la tercera Comunidad con mejor cobertura de 4G y que el 98% de la población tuviese acceso a internet a través de redes fijas e inalámbricas, y el 2% restante vía satélite.
Ahora el objetivo es mejorar la calidad de conexión y cumplir con el objetivo europeo de que el 100% de la población tenga acceso a redes de 30Mbps en el 2020. Para conseguirlo tenemos en marcha el Plan de Banda Larga 2020, con subvenciones para empresas aisladas; actuaciones en polígonos, que ya han permitido que el 93% de las superficies empresariales tengan conexiones ultrarrápidas; y, de forma complementaria con el Estado, se está subvencionando a los operadores para que extiendan fibra en núcleos de menos de 300 habitantes. Con los despliegues que están marcha en este momento está asegurado que el 80% de la población tendrá acceso a estas redes a finales del 2020 y el Estado tiene pendientes nuevas convocatorias para operadores que ampliarán este porcentaje.
Además para dinamizar el uso de internet y facilitar la capacitación digital, el Plan de Inclusión digital ofrece formación en TIC gratuita a través de las casi 100 aulas públicas de la Red CeMIT, presente en todas las comarcas gallegas, y actividades complementarias gracias al apoyo de casi 800 aliados digitales entre voluntarios, empresas y entidades públicas y privadas, adheridos al Plan.
Por otra parte las iniciativas innovadoras como Primare, que está impulsando la digitalización de la actividad agraria, contribuye a la modernización del sector y a la incorporación de las nuevas generaciones a un sector tradicional de la economía gallega.