Cuenta la historia que los ocupantes de un edificio de oficinas en Nueva York, empezaron a quejarse de los excesivos tiempos de espera. Algunas empresas comenzaron a protestar y a amenazar con dejar las instalaciones. El propietario contactó con una empresa de ingeniería, pero la solución ofrecida por esta no era viable económicamente. Desesperado reunió a todo el personal para plantear una solución alternativa. La solución más ingeniosa, la aportó un joven que, en vez de concentrarse en el rendimiento del ascensor, se centró en la experiencia de los usuarios/as. Las quejas eran ocasionadas no por el tiempo de espera, sino que eran consecuencia del aburrimiento, por lo que sugirió instalar espejos en los puntos donde se cogían los ascensores para que la gente se entretuviera mirándose disimuladamente los unos a los otros sin sentirse observados. Las quejas sobre las esperas terminaron.
La clave para la solución de problemas está en identificar correctamente el problema. Pero un buen diseño no solo debe conformarse con proporcionar una solución, esta debe ser usable, accesible y centrada en el usuario.
Una de las metodologías o procesos utilizados para diseñar un producto digital es el Design Thinking. Centrarse en el proceso del pensamiento de diseño para resolver problemas atendiendo a las siguientes fases: comprender al usuario, observarlo, desarrollar un usuario tipo, idear soluciones alineadas con los objetivos, construir prototipos e iterar hasta conseguir una versión final para finalmente implementarla. Esta metodología es aplicable no solo para el diseño de productos, sino que también se utiliza como herramienta para fomentar la innovación en las empresas. Llevada al diseño de producto, estas fases se transformarían en las etapas de: definición, fase de investigación, análisis, diseño, implementación y a mayores la etapa de lanzamiento y la mejora continua del producto.
Una de las primeras fases para abordar el diseño de un producto pasa por recoger las ideas. Tormenta de ideas, mapas conceptuales y bocetos rápidos en papel para ir moldeando y conceptualizando lo que será nuestro producto.
Los mapas conceptuales están formados por diagramas que nos ayudan a visualizar la relación entre ideas y conceptos a modo de nodos estructurados jerárquicamente para facilitarnos la comprensión de las ideas.
Teniendo en cuenta que un producto digital debe ser viable, a nivel de negocio, factible, a nivel tecnológico, y deseable, por parte de su público objetivo, elaboramos un canvas lean (lienzo lean canvas). Una herramienta conceptual que nos ayuda a definir las claves principales de un producto y centrada en entender el problema o necesidad del cliente para luego poner el foco en el diseño de producto. Será nuestra brújula en todo el proceso de diseño.
Definida la visión del producto, necesitamos ponerlo en contexto. Un buen punto de partida será la realización de un estudio de mercado y de la competencia. Ambos nos proporcionarán datos que una vez analizados nos servirán para tomar decisiones sobre la viabilidad del producto, así como nuevas oportunidades de mejora al aprovechar flaquezas y debilidades de la competencia.
Una buena investigación de los usuarios potenciales mediante encuestas sobre las expectativas de un producto permite detectar patrones, despejar suposiciones y descubrir problemas. En definitiva, detectar nuevas funcionalidades de calidad.
La investigación de los usuarios serán la base para la creación de personas, una o varias representaciones de perfiles de usuario que corresponden con la tipología típica del público objetivo. Empatizando con la persona se desarrollan las historias de usuario técnica empleada para detectar el flujo del producto. Una buena historia de usuario debe clarificar el tipo de cliente, describir la tarea que éste quiere realizar y su finalidad.
Mientras que las historias de usuario/a se centran en las tareas específicas, los mapas de experiencia o user journey maps se centran más en los sentimientos. Los puntos más positivos y negativos en el momento de realizar una tarea. ¿En qué paso le resulta más difícil avanzar? ¿Qué le motiva? ¿Qué le genera ansiedad? ¿Qué le impide avanzar? ¿Qué le genera más satisfacción?
Cualquier producto sea físico o digital necesita pasar por un soporte que nos permita visualizarlo de forma objetiva, hacernos una idea y aproximarnos al resultado final mediante su representación en papel o pantalla antes de llevarlo a la realidad.
Una técnica empleada en el diseño del interfaz es el wireframing, representación en bloques de los elementos que componen la pantalla en base una rejilla imaginaria. Esta técnica nos permite concentrarnos en la maquetación de los elementos, en la posición e importancia que tienen en conjunto. La representación de los elementos carece de capa estética (colores, tipografías) para evitar distracciones y, dependiendo de su nivel de detalle, se dividen en wireframes de baja o alta fidelidad. Ya tomando a los wireframes como base y añadiéndole la capa gráfica y visual, se pueden crear mockups, una simulación estática y realista de la interfaz del producto.
Mientras que los wireframes sirven para analizar la estructura, los prototipos nos ayudan a evaluar la experiencia, pues simulan la interacción con el producto, están más finalizados y el contenido es realista. Del mismo modo que sucede con los wireframes, atendiendo al nivel de detalle podemos encontrar prototipos de alta o baja fidelidad, estos últimos utilizados, por ejemplo, para centrarse en la interacción, pues carecen de ruido visual que nos puedan distraer del foco de estudio.
Al tratarse de productos que todavía no se han implementado, el prototipo es el medio idóneo para realizar pruebas realistas de uso con usuarios/as e ir puliendo errores de usabilidad y de desempeño.
La usabilidad y la experiencia de usuario es una disciplina compuesta de unas normas o buenas prácticas de diseño que evitan frustraciones y restricciones en el uso de una herramienta y conectan con la parte emocional del cliente.
Un buen diseño de interfaz debe ser controlable y entendible, debe ayudar al usuario a completar sus tareas de forma satisfactoria y eficiente. Las Interfaces de usuario deben basarse en los principios de diseño como son relevancia, coherencia, uso de convenciones, sencillez, jerarquización, prevención y gestión de errores o la reducción de carga cognitiva.
El equipo de desarrollo será el encargado de implementar el código y ensamblar las funcionalidades en base a las especificaciones de diseño detalladas de forma más técnica en la documentación.
El Documento de Requerimientos del Producto (PRD) define los requisitos que debe cumplir el producto atendiendo a su propósito, funcionalidad, criterios de publicación y limitaciones, pero sin incidir en la resolución técnica del mismo. Es un documento vivo, que se va actualizando de manera continua a medida que el equipo va completando iteraciones. Deberá ser sencillo y fácil de entender.
Complementando el PRD está el Documento de Especificaciones Funcionales (FSD) donde se recogen de forma más técnica, precisa y detallada como funciona la aplicación al describir el comportamiento de cada interacción.
Una vez implementado el diseño, se procederán a realizar las pruebas con usuarios reales de la versión beta para pulir errores adicionales tanto funcionales como de usabilidad del producto.
El Plan de lanzamiento de un producto define unos objetivos y acciones estratégicas dentro de un calendario de lanzamiento. Debe tener en cuenta el plan de negocio y centrarse en el mínimo segmento viable o early adopters, aquellos usuarios que buscan un producto que dé solución a un problema muy específico y que constituyen un nicho de mercado suficientemente pequeño para dominarlo por completo.
Después de la fase de lanzamiento no podemos dar por concluido el diseño del producto, pues una vez en producción serán los KPIs de evaluación, la analítica de mapas de calor y comportamiento, así como el propio usuario con sus feedbacks quienes nos proporcionarán más detalles de cómo deben evolucionar las próximas versiones para que cumplan con sus expectativas.
Porque, al fin y al cabo, un diseño centrado en el usuario es la clave principal para lograr el mejor diseño.
Consultor en marketing digital, diseño y desarrollador web