Los avances de la revolución electrónica a partir de los años setenta fueron el punto de partida para el desarrollo de la “Era Digital”, la consecuencia inmediata al unir la electrónica y el software dio lugar a la preponderancia de las Tecnologías de la Información. Es a principios de los años ochenta cuando las investigaciones en estos campos permitieron ensamblar la electrónica, la informática y las telecomunicaciones posibilitando la interconexión entre redes. A partir de entonces las Tecnologías de la Información y Comunicación -TICs- se han convertido en un sector estratégico para el crecimiento económico, político y sociocultural de los países y naciones.
En consecuencia, el uso generalizado de las TICs, nos ha proporcionado tener la capacidad de inmediatez de acceso a toda clase de información y comunicación, produciendo grandes cambios de la forma de trabajar dentro de las organizaciones empresariales, en el entorno laboral y la sociedad. Ello ha supuesto un gran avance para las empresas incrementando la productividad, pero su uso excesivo, cada vez más complejo y generalizado ha dado lugar a que surjan nuevos riesgos psicosociales negativos para la salud de los trabajadores en forma de psicopatías que se manifiestan clínicamente con fatiga física y mental, dolores musculares, insomnio y otros síntomas psicosomáticos.
Los psicólogos han puesto nombres a estos nuevos trastornos, derivados del mal uso de las tecnologías, como la Nomofobia o adicción al teléfono móvil, el Síndrome de Fomo por adicción a las redes sociales, al presentarnos más opciones de las que podemos abarcar produciendo la sensación de “perdernos algo” y el Tecnoestrés -concepto acuñado por primera vez por el psiquiatra norteamericano Craig Brod en 1984 – consecuencia del mal uso de las tecnologías por excesiva dependencia, falta de adaptación, dedicación continua y no desconexión, incluso fuera de la oficina y del horario de trabajo.
Pese a que el tecnoestrés afecta a todos los ámbitos, debido al sistema actual de la organización empresarial que se mueve en relación al binomio demanda -respuesta prácticamente inmediata , es en el laboral donde se presta más atención a esta psicopatología por la obligación, en muchas ocasiones, a estar permanentemente conectados al ordenador, teléfono móvil, correo electrónico, etc. y al llegar a casa, los fines de semana incluso durante las vacaciones seguir conectado bien por asuntos laborales o sociales a través de las redes sociales, esta situación es la causa del tecnoestrés.
Según los datos recogidos por en la Encuesta Nacional de Condiciones de Trabajo que se realizó en 2011, un 25% de los trabajadores/as se sienten agobiados por su trabajo. Principalmente, este malestar es causado por un ritmo rápido de trabajo, con presión sobre plazos de entrega y la gestión simultánea de tareas, todos ellos, factores relacionados con las nuevas tecnologías. Los trabajadores más expuestos al cambio tecnológico, la sobrecarga y la velocidad informativa (los trabajadores/as de sectores como la comunicación, finanzas, administración o ciencia y tecnología) son los que más tecnoestrés padecen.
Otra investigación realizada en el Reino Unido por la Loughborough University en 2013 indicaba que al 83% de los empleados/as públicos les aumentaba el ritmo cardíaco al recibir o enviar un email. Y entre el 12 y el 15% de ellos presentaban síntomas de adicción al correo, y respondían a los mensajes en menos de 6 segundos.
El fenómeno del tecnoestrés, por el uso excesivo y continuado de las TICs, supone un nuevo riesgo laboral que puede originar en el trabajador/a sentimientos de angustia, incapacidad, desfase o adicción, manifestándose en forma de distintos síntomas y según el INSHT -Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo- existen diferentes tipos de tecnoestrés:
Uno de los principales estresores en el ámbito laboral es el uso excesivo del correo electrónico. Para abordar este problema se hace necesaria la implementación de medidas empresariales preventivas tales como la recuperación del diálogo directo entre los trabajadores con el fin de acortar el tiempo de resolución de problemas y minimizando la saturación del buzón de correo. Algunas empresas ya limitan el número de correos diarios de los empleados pueden enviar o recibir cada día “menos correos y más diálogo con los compañeros/as”, otras limitan de forma estricta el horario de consulta del correo a la jornada laboral, o medidas como la aplicada por el alcalde de la localidad japonesa de Hirata, Mitsuyasu Ota, que decidió decretar un “día sin ordenadores” semanal en su consistorio para fomentar el uso de la escritura tradicional y el diálogo entre funcionarios, con resultados parece que más que satisfactorios.
Se hace necesario que las empresas tomen conciencia del problema, de que la excesiva dependencia y mal uso de las Nuevas Tecnologías suponen además de un problema de Salud Laboral, un problema de productividad por la mala gestión del uso de las mismas por sus trabajadores/as. Es por ello que deben de tomar medidas para fomentar la moderación del uso de la TICs y evitar la conexión permanente.
En España, un gran avance en este sentido es el derecho a la desconexión digital fuera del ámbito laboral que ha sido regulado por la Ley Orgánica 3/2018 de 5 de diciembre de Protección de Datos Personales y Garantía de los Derechos Digitales -LOPDGDD- que ha introducido medidas para reforzar la privacidad de los trabajadores/as ante los sistemas audiovisuales o de geolocalización en el trabajo y garantizar el derecho a la desconexión digital fuera de horario laboral.
No hay duda de que la “era tecnológica digital” con el desarrollo y la implantación generalizada en el ámbito laboral y social de las Tecnologías de la Información y Comunicación ha supuesto un gran avance para las empresas pero, al mismo tiempo, ha dado origen a nuevos riesgos psicosociales con efectos negativos para la salud de los trabajadores/as. La prevención pasa porque las empresas implementen medidas para fomentar la moderación del uso de las TICs aunado a que sea efectivo el derecho del trabajador a la desconexión digital fuera del horario laboral, que se fomente el diálogo directo entre los trabajadores/as y la regulación de la excesiva utilización del correo electrónico en el ambiente laboral.
Médico del trabajo