Cuando se habla de viveros de empresa muchos piensan en locales a bajo precio con línea telefónica y poco más; piensan en poner a disposición del emprendedor unas oficinas mejor o peor ubicadas, mejor o peor dotadas, para que pueda iniciar su actividad. La realidad es que si el objetivo es impulsar la generación de riqueza y empleo a través del apoyo al emprendedor, habilitar una oficina para que pueda instalarse no es, ni de lejos, suficiente; ni tampoco lo que el emprendedor necesita. Nuestra experiencia en la Fundación CEL así nos lo indica.
La Fundación CEL es una entidad sin ánimo de lucro, privada, creada en 1997 por la Confederación de Empresarios de Lugo junto con una treintena de empresas, asociaciones empresariales y entidades financieras lucenses y gallegas, con el objetivo principal de dinamizar el tejido empresarial de la provincia de Lugo. En una época en la que no se hablaba tanto de emprendimiento como ahora, los empresarios lucenses pensaron que la mejor manera de luchar contra el aislamiento y la despoblación en una provincia de interior y periférica era aunar esfuerzos generando oportunidades para personas inquietas, con ideas nuevas y con vocación empresarial.
Estas oportunidades vinieron, primero, en aquel 1997, de la convocatoria de unos premios pensados para reconocer nuevas iniciativas empresariales y, casi inmediatamente, en 1999, del nacimiento del que fue el primer vivero de empresas de iniciativa privada de Galicia. Y sí, era y es nuestro vivero un espacio físico de más de 1.600 m2 con oficinas dotadas de todo lo necesario para que un emprendedor empiece a trabajar… pero era (ya entonces) y, sobre todo, es (hoy día), mucho más.
Cuando empezamos ya teníamos muy claro que los emprendedores venían a nosotros muy perdidos, con necesidad de un lugar para empezar pero, sobre todo, con necesidad de que les orientásemos sobre cómo empezar y cómo crecer y consolidarse. Desde asesorarles sobre trámites para dar de alta su negocio o contratar a un trabajador, a indicarles ayudas públicas disponibles para su empresa, o facilitarles acceso a formación especializada. Y eso hacíamos: pusimos a su disposición no sólo unas instalaciones, sino todo un equipo humano especializado en el apoyo técnico, tutelaje y acompañamiento durante el proceso de puesta en marcha y maduración de una empresa.
Pero había mucho más. Vimos que también necesitaban ayuda para darse a conocer (un poquito de comunicación y marketing, por favor); entrar en contacto con otros emprendedores, con posibles clientes y posibles inversores; o disponer de información y tener acceso a las nuevas iniciativas de apoyo al emprendedor que fueron surgiendo con los años a lo largo y ancho del país.
En la Fundación CEL fuimos tomando buena nota y adaptándonos a esas necesidades del emprendedor y emprendimiento, esforzándonos en tres líneas de trabajo básicas: difusión de la cultura emprendedora, apoyo a la creación de empresas y consolidación empresarial.
En el área de difusión, además de organizar y participar en distintas convocatorias de premios a la iniciativa empresarial, realizamos múltiples actividades de acercamiento al mundo emprendedor y a la figura del empresario, desde visitas guiadas a jornadas de trabajo con escolares y otros grupos. En el área de consolidación es donde facilitar formación especializada, espacios de networking o promoción del asociacionismo juegan un importante papel.
Por su parte, en el área de apoyo a la creación de empresas, la de mayor peso, trabajamos impulsando proyectos de carácter multisectorial, tanto dentro de nuestro vivero o centro de iniciativas empresariales a nuestras empresas alojadas, como a los emprendedores que se acercan en busca de un asesoramiento más puntual.
En este punto, y a fin de ofrecer el mayor número de servicios al emprendedor, formamos parte de diferentes redes como RED CIRCE y los PAE, RED PIDI o Rede EUSUMO para emprendimiento cooperativo, entre otras. Y somos sede, ya en los últimos tiempos, de dos aceleradoras, una de carácter horizontal y la otra vertical, ViaGalicia y BFAero, que nos han permitido ampliar el abanico de perfiles de emprendedores y proyectos a los que poder dar apoyo en nuestro territorio, fundamentalmente startups y, en el caso de BFAero, del sector aeronáutico y de vehículos no tripulados (UAVs y USVs).
A lo largo de los años y fruto de este trabajo, en nuestro centro fueron naciendo y creciendo empresas innovadoras en su ámbito, pensadas para generar valor añadido en sectores tradicionales y en sectores emergentes y con capacidad para sobrevivir en el tiempo.
De los primeros tiempos de nuestro vivero podemos destacar Quescrem, la primera empresa láctea gallega en ser calificada como IEBT, una compañía con un potente departamento de I+D+i, que cuenta a día de hoy con más de 60 empleados en sus tres plantas de producción y que solamente en 2018 ha facturado más de 13 millones de euros y vendido más de 3.000 toneladas de queso crema en mercados de cuarenta países.
También Agroamb Prodalt, empresa pionera de la economía circular, al revalorizar residuos industriales para uso agrícola, la única firma gallega que ha logrado formar parte del comité ejecutivo del Pacto Mundial de Naciones Unidas por este motivo.
Más reciente es Miramar Cruises, primera agencia especializada en venta online de cruceros que empezó con nosotros “a orillas del Miño” y que ha conseguido colarse este año en el ranking de las 1.000 empresas que más crecieron en Europa del Financial Times, siendo hoy, con solo siete años de vida, la segunda empresa online que más cruceros vende en España. O Raiola Networks, empresa de hosting SSD (alojamiento web) y marketing digital que en cinco años ya tiene 34 trabajadores en plantilla y gestiona servicios para un total de 26.000 usuarios.
Otras, que están creciendo ahora en la Fundación CEL y que presentan ya grandes perspectivas de futuro, son 3edata, spin-off de la USC con el sello de pyme innovadora, IEBT y centrada en el sector medioambiental, especializada en la captación y tratamiento de datos mediante sensores remotos instalados en drones; Data Monitoring, que fabrica dispositivos a medida para monitorizar en tiempo real depósitos de agua, leche o cerveza; DecoTheco, plataforma de proyectos de decoración online; Lexdigo, despacho virtual de abogados, o Smartwood, una aplicación que puede suponer el “remedio TIC” para el abandono de las parcelas rurales, que permite a propietarios de estas fincas controlarlas y ponerlas en valor desde el móvil.
Podríamos citar muchos más ejemplos, hasta un total de 99 empresas que han crecido en nuestro centro, unas más tradicionales que otras, de diferentes tamaños y sectores, pero que en la mayor parte de los casos nacen de personas con soluciones diferentes y, por tanto, innovadoras.
Nuestra experiencia de dos décadas en el vivero y el valor adicional que suponen las aceleradoras ViaGalicia y BFAero, nos convierten hoy en un centro de referencia a nivel nacional, en un ecosistema en sí mismo idóneo para aquellos que quieren emprender desde Galicia en general, y desde Lugo en particular. Funcas nos ha situado en su último ranking de viveros y aceleradoras como el tercer mejor vivero de toda España de un total 549 identificados, una valoración que creemos deriva de esa capacidad de atraer a emprendedores innovadores, ofreciendo algo más que espacios físicos desde los que empezar: el tutelaje de un equipo humano especializado y un apoyo integral.
En definitiva, el valor de los “intangibles” que nos ha permitido como decíamos al principio de este artículo ser “polo de innovación” y algo más que un simple vivero de empresas.
Gerente Fundación CEL Iniciativas por Lugo